Los jóvenes y su percepción de la democracia.

 

La juventud es una etapa de crecimiento y desarrollo, donde se adquieren habilidades, valores y conocimientos que determinan la personalidad; es un periodo donde se fortalece la identidad, se genera un sentido de pertenencia y se asume el rol que se desempeñará dentro de la sociedad.

Según las Naciones Unidas los jóvenes son aquellas personas con edades comprendidas entre los 15 y 24 años; por su parte la Ley del Instituto Mexicano de la Juventud, establece que toda persona entre los 12 a los 29 años es considerada como un joven; no obstante de conformidad con nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la cual es la máxima ley que rige nuestro país, es a partir de los 18 años cuando legítimamente los jóvenes pueden ejercer sus derechos políticos, es decir es cuando pueden participar activamente en las decisiones del país a través del voto y también es el momento en que adquieren ciertas obligaciones y responsabilidades ciudadanas.

Independientemente de que sea hasta los 18 años el momento de una participación activa en la vida política del país, resulta transcendental que desde la infancia se inculque una cultura cívica, que las niñas y los niños desarrollen habilidades de comprensión de su entorno y del sistema político al que pertenecen; que adquieran la facultad de expresar abiertamente sus ideas, respetar la ideología de los otros, y que practiquen de manera orgánica y cotidiana valores como la justicia, la igualdad, la tolerancia, la inclusión, la fraternidad y el pluralismo, por mencionar algunos.

En ese sentido, los jóvenes juegan un papel fundamental dentro de la construcción de la sociedad, al ser los personajes que en el futuro tomarán las decisiones y guiarán el destino de la nación, son los que le darán continuidad a los retos y desafíos sociales, y en sus manos se encuentra la valiosa oportunidad de contribuir en el desarrollo, progreso y bienestar del país.

Existe una amplia diversidad de ideologías, creencias, perspectivas, opiniones, culturas y experiencias entre los jóvenes; su dinamismo y pluralidad, puede contribuir y generar cambios positivos en diversos ámbitos de la vida, como la economía, la política, la ciencia, la tecnología, el arte y la cultura; sin embargo es un sector de la población que debe estar bien encaminado, por lo que es primordial que accedan y cuenten con una educación integral, que les permita cultivar una serie de habilidades fundamentales, como la capacidad de pensar de forma crítica, la habilidad de comunicarse de manera objetiva y efectiva, la destreza en la toma de decisiones y la aptitud para resolver problemas de manera efectiva y pacífica; asimismo los jóvenes en su vida cotidiana deberían aplicar y accionar de manera orgánica y auténtica valores como el respeto, justicia, igualdad, libertad, tolerancia, solidaridad, la comprensión del pluralismo y la diversidad; pues el conjunto de todas estas habilidades y herramientas les permitirá lograr una participación activa con un dialogo informado y un compromiso responsable dentro de las cuestiones que involucran al país.

En México la forma de organización del Estado se basa en un régimen democrático, el cual tiene como finalidad primordial evitar la concentración y el abuso del poder; el concepto de democracia también hace referencia al poder y a la autonomía con la que cuenta el pueblo para elegir y controlar a sus gobernantes, lo que presupone la existencia de partidos políticos capaces de expresar y representar los intereses y opiniones de los integrantes de la comunidad así como la celebración de elecciones populares.

Hoy en día el concepto de democracia ha evolucionado y se ha ampliado, al enfocarse y velar por el respeto, garantía y reconocimiento de todos los derechos humanos, los cuales son considerados la base de la democracia moderna, por lo que en la actualidad cuando hablamos de democracia también nos referimos a conceptos como igualdad, pluralidad y participación.

Bajo esa premisa, la participación activa y la representación equitativa de los jóvenes en la vida cívica y política del país es pieza clave para lograr la construcción de una democracia saludable, renovada y dinámica, la meta consiste en que la mayor diversidad de jóvenes vote en los procesos electorales y que a su vez muestren interés y disposición para postularse en los cargos públicos, garantizando así que su voz sea escuchada, al exponer sus intereses, inquietudes y problemáticas; haciendo más enriquecedor el debate político y en especial que sean tomados en cuenta en la toma de decisiones; no obstante la percepción que actualmente tienen los jóvenes respecto a la democracia ha sido un tema de constante debate, pues existen diversos puntos de vista al respecto.

Debemos empezar por reconocer que ante la diversidad de individuos y de generaciones que existen entre los propios jóvenes, ha dado lugar a que prevalezcan diversas percepciones respecto a la democracia; por mencionar algunos ejemplos, nos encontramos con jóvenes que no entienden el sistema político y les resulta complicado; otros a los que definitivamente no les interesa el tema al no ser relevante en su vida; quienes perciben a la democracia como una meta inalcanzable; así como aquellos que la rechazan por no coincidir con sus objetivos personales o por tener ideologías diferentes a la de los partidos políticos; originando que cierto sector de la juventud perciba a la democracia con indiferencia y por lo mismo no participe ni se involucre en la misma.

No obstante lo anterior, podemos identificar dos posturas muy marcadas y polarizadas; por una parte, para muchos jóvenes mexicanos la democracia es concebida como un concepto positivo pero sin dejar de ser un ideal, sin embargo eligen y deciden involucrarse y participar motivados por la esperanza de que algún día todos los ciudadanos accederán a un estado de derecho donde predominará la igualdad de derechos y oportunidades.

Por otro lado, nos encontramos con la postura de aquellos jóvenes que definitivamente desconfían y no tienen fe en la democracia, creando así cierta apatía respecto de los temas políticos y en consecuencia una nula participación; este sector de jóvenes considera que los resultados electorales no reflejan realmente la voluntad popular y que los procesos se encuentran amañados; a su vez observan que las promesas de campaña generalmente no se cumplen durante la acción gubernamental; aunado a factores sociales como la corrupción política, la injusticia y la falta de transparencia en las instituciones, lo que acentúa su decisión a la no participación.

En ese contexto, podemos advertir que la percepción de los jóvenes respecto a la democracia es versátil, ya que se puede ver influenciada por experiencias personales, creencias preconcebidas de generación en generación, ignorancia o desconocimiento cívico y político, o por el tipo de información al que acceden la cual puede influir positiva o negativamente.

Ejemplo de lo anterior, ha sido el uso de las redes sociales y los medios digitales, gracias a estas herramientas los jóvenes se han interesado y han tenido una participación más activa en las decisiones del país así como en el ejercicio de la libertad de expresión y el acceso a la información pública; han encontrado una alternativa para hacer valer sus derechos y necesidades; no obstante es importante que los jóvenes sean críticos con la información a la que acceden y que utilicen estas plataformas de manera responsable para contribuir de manera positiva en la democracia del país.

Finalmente, más allá de las percepciones actuales de los jóvenes respecto a la democracia, es crucial promover una visión positiva y fomentar que se involucren activamente en la vida política del país, que tengan las bases para formar un criterio político sólido y una comprensión de la democracia; siendo un compromiso y una tarea colectiva, por lo que como sociedad debemos inculcar una educación cívica desde la infancia, garantizando que las nuevas generaciones adquieran los conocimientos necesarios para ser conscientes de sus derechos y garantías como ciudadanos, pero también que sean capaces de asumir las obligaciones y responsabilidades que conlleva su rol dentro de la vida en comunidad, es decir que puedan aportar al bienestar general y al funcionamiento eficaz de la sociedad.

A modo de conclusión podemos señalar que la participación activa y positiva de los jóvenes mexicanos en la democracia es decisiva para garantizar un sistema político saludable y representativo, así como para poder afrontar los retos y desafíos que enfrentaremos en el futuro; por lo que debemos empoderar y motivar a nuestros jóvenes para que participen de manera consiente, informada y responsable en los procesos electorales; que estén dispuestos y preparados para contribuir activamente al fortalecimiento de las instituciones democráticas, al progreso de la sociedad y a la construcción de un país más equitativo, próspero y sostenible.

“La democracia se nutre y fortalece con la energía, entusiasmo

y participación activa de los jóvenes, quienes son los agentes de cambio y esperanza para la construcción de un mejor futuro.”

Fuente Consultada:

  • LA CONFIANZA Y LA PARTICIPACIÓN DE LA JUVENTUD EN LA DEMOCRACIA. Silvia Gómez Tagle, José Eduardo García.

https://www.ine.mx/wp-content/uploads/2021/08/confianzayparticipacion.pdf

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